Cuando se acude al mediador ya se ha decidido que el cambio es posible y que, al menos lo que uno puede hacer, lo que está en “tu mano”, deja de ser una queja para convertirse en acción. ¿Pero cuándo y para qué es preciso recurrir a un mediador para que nos ayude a resolver conflictos de una forma práctica?
Para entenderlo un poco mejor, vamos a contarte la historia de María, ella tiene 54 años y adora su trabajo, dos hijos adultos de los que se siente muy orgullosa y es una mujer jovial, campechana y voluntariosa. Hace algunos años sintió que su madre estaba demasiado mayor y achacosa para quedarse a vivir sola. En alguna ocasión se le había olvidado apagar el gas de la cocina y se le había quemado algún plato, se movía con lentitud por la casa debido a la artrosis y cada vez bajaba menos a hacer la compra. Un día decidió que lo más sencillo era llevársela a vivir a su casa, con su marido, pero antes, decidió hablarlo con sus dos hermanos por si entre todos podían pensar algo diferente, compartir ideas, aportar experiencia, asumir responsabilidades. Al hacer la propuesta los notó hostiles, distanciados, poco comunicativos. No entendió entonces y sigue sin entender, cuáles fueron los motivos de esta negativa. El hecho es que María se llevó a vivir a su madre con ella y es, a día de hoy, quien se encarga de todo. Sus hermanos siguen distanciados y a ella, le gustaría poder “hablar” con ellos, compartir lo qué significa este cambio, de haber pasado de ser cuidada a ser ella quien cuida, de su soledad … pero no puede ser, ellos no quieren.
Para María una mediación entre sus hermanos y ella podría ser maravillosa, si todos quisieran, pero también es cierto que, si al menos uno tiene la necesidad, ha de intentarlo, contactar a un mediador podrías ser de gran ayuda, ya que él sabe buscar la forma de convocar, de traducir la necesidad a los demás y propiciar los espacios para el diálogo que, en familia, a veces están perdidos desde hace años, por dejadez, por malos entendidos, por muchas cosas no dichas, por acritud…
Un mediador sabe “traducir” a peticiones y necesidades, puntos de vista muy distanciados, ayuda a buscar los intereses comunes de todos, tiene la distancia necesaria para ofrecer visiones diferentes sobre situaciones que parecen estancadas, facilita la gestión de emociones en la negociación, acompaña en la búsqueda de soluciones, de compromisos de actuación y de responsabilidad, redacta los acuerdos…
En el área de Mediación & Negociación de EnpositivoSí, te apoyamos y facilitamos la convocatoria de otras personas en los desacuerdos y rupturas de tus relaciones. Si no sabes lo que es mediación o crees que sólo puede hacerse si todos quieren, visítanos, verás que un mediador llega lejos con su mirada.