enpositivoSÍ

Tendemos a pensar que el niño se va a ir al colegio contento y feliz, desliza la psicóloga Isabel Serrano Rosa, de EnPositivo Sí, «pero lo más normal es que muestre su desagrado» con la idea de abandonar momentos en los que se ha encontrado contento y feliz, con sus padres y de vacaciones. «Dejan su entorno seguro y es normal llorar. Pero los padres tienen que saber que si el niño avanza y mira hacia atrás es buena señal porque significa que tienen un buen vínculo con él».

A veces los progenitores lo viven como un sufrimiento, señala, y del mismo modo que nosotros mismos a la vuelta del verano al regresar al trabajo se nos cae el mundo encima, ellos sienten esa pena. «Es bueno que les impulsemos a seguir creciendo, porque en el fondo les estamos ayudando a sentirse seguros y los respaldamos, pero a veces la angustia va en los padres, que los quieren tener entre algodones. No es lo que se van a encontrar en la vida».

Deja una respuesta