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Traumas emocionales y sus consecuencias

En la vida cotidiana cuando hablamos de traumas nos referimos a sucesos extraordinarios que dejan una huella en nuestra necesidad de sentir seguridad y previsibilidad del mundo que nos rodea. Las catástrofes naturales, los accidentes, el terrorismo o los abusos sexuales son vivencias con un gran impacto psicológico, pero que pueden ser integradas, siempre y cuando sean verbalizadas y elaboradas, siempre que haya un contexto humano que dé una respuesta de contención y apoyo, aún así, algunas veces será necesario acudir terapia.

Sin embargo, existen otro tipo de traumas a los que podemos denominar microtraumas que no son tan llamativos, pero que producen otras carencias, siendo uno de los motivos más frecuentes por las que muchas personas se acercan a la consulta de un terapeuta. El sufrimiento que provocan las frustraciones en los estados emocionales básicos durante nuestra infancia y adolescencia es sin duda uno de los mayores problemas a los que nos enfrentamos en terapia.

Hablamos de la necesidad de recibir pruebas de amor durante nuestra infancia, que nuestro amor sea aceptado, de ser atendidos con regularidad, es decir, de poder mantener una relación afectiva e interactiva con al menos una persona y que ésta se muestre dispuesta a entender nuestros estados emocionales cuando ni siquiera nosotros mismos los entendemos. Poder disponer de alguien con el que poder desarrollar una relación intersubjetiva, es clave para que nos aporte confianza y seguridad en nosotros mismos.

Cuando esa necesidad es crónicamente insatisfecha, provoca lo que se denomina trauma emocional contextual,  ya que se produce en el contexto de la relación entre el niño y sus cuidadores. Los niños necesitan ver reflejados sus estados mentales en los padres para poder internalizar una representación secundaria de los mismos. La repetición de estas experiencias permiten al niño de ser consciente de sus estados emocionales, le ayudarán en la construcción de sí mismo como ser humano y mejorarán su bienestar psicoemocional. El feedback y el reconocimiento de los padres permitirá que el niño se reconozca en ellos y pueda conocerse, valorarse mejor y tener una mejor autoestima.

En las sesiones de psicoterapia intentamos reconstruir esa intersubjetividad que no ha podido desarrollarse en la infancia, de esta forma, la persona podrá redescubrirse y relacionarse de una forma segura sin mantener en la oscuridad partes de sí mismo que no fueron legitimadas en sus primeras relaciones.

Photo: (c) Asdrubal Luna – Unsplash

 

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