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No es lo mismo ser amable con los demás que ser complaciente. Algunas conductas como no saber decir no y dar siempre prioridad a los necesidades de los demás, muchas veces a expensas de nuestras propias necesidades, pueden desembocar en el «Síndrome del Complaciente». Este síndrome tiene consecuencias personales, físicas y emocionales graves, y además, acaba generando con los demás unos vínculos tóxicos. En su columna publicada en Club Gente Saludable de TVE,  Isabel Serrano nos ayuda a detectarlo con un test y nos da unas pautas para evitarlo y reforzar así nuestra autoestima.

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